|
Guiados por la fe y la tradición, cientos de personas acudieron ayer al santuario de Aralar para venerar a San Miguel. Era la festividad del arcángel, el día de más afluencia de fieles. Además, ayer cayó en sábado, por lo que muchos aprovecharon que no tenían que acudir al trabajo para subir a Aralar. Envuelto en una espesa niebla, el santuario fue durante todo el día un lugar de peregrinaje. Poco importaba la lluvia y el frío, pudo la devoción.
Dada la importancia del día, ayer se oficiaron cinco misas en el santuario. Desde la primera, a las nueve, el templo se quedó pequeño, obligando a muchos a seguir la eucaristía desde las naves laterales. Como suele ser habitual, la que más afluencia tuvo fue la del mediodía, la misa mayor, que ayer fue oficiada por el obispo auxiliar, Juan Antonio Aznárez y solemnizada por voces de los coros de Bakaiku, Etxarri Aranatz, Arbizu y Lakuntza con Alfonso Ondarra al órgano, dirigidos por Rafa Goñi.
Como manda la tradición, al final de cada oficio se dio a venerar la efigie de San Miguel, una imagen que presenta una iconografía poco habitual, como portador de la Santa Cruz. En su interior guarda un pedazo del lignum crucis o reliquia de la cruz de Cristo. Al igual que estos últimos años, se realizó junto a la salida del templo para evitar aglomeraciones. Pero hubo momentos que fue difícil sortearlas, formándose colas. La mayoría de los fieles provenían de Sakana, Larraun, Araitz-Betelu, Imotz y Leitzaldea. También había muchos de Pamplona y la vecina Gipuzkoa. Era el caso de Arantza Gaztelumendi y Martín Elordi un matrimonio oriundo de Ibarra pero que reside en Bera, incondicionales de San Miguel. "Venimos siempre que podemos", afirmaron.
Para muchos fue paso obligado entrar a la capilla primitiva, donde se encuentra un orificio que según la leyenda comunica con la guarida del dragón de Aralar. Muchos devotos introdujeron ayer su cabeza y rezaron un credo con el fin de verse libres de dolores de cabeza. Junto a la puerta meridional de la capilla penden unos trozos de cadenas que la creencia popular asegura formaban parte de las cadenas que arrastraba Don Teodosio de Goñi en su penitencia por haber matado a sus padres por equivocación. También se le atribuyen poderes relacionados con la salud.
Si bien la meteorología no acompañó, restando afluencia de fieles, fueron muchos los que subieron hasta Aralar, principalmente por Lekunberri, formándose retenciones. De regular el tráfico se encargó la Policía Foral.
Es costumbre que al día siguiente de San Miguel se celebre la misa de difuntos por todos los miembros de la Hermandad, cofrades y bienhechores del santuario fallecidos. Dado que es festivo, también se espera mayor afluencia. Por ello, se oficiarán dos misas, a las 11.00 horas y una segunda a las 12.30 horas, que estará acompañada por el coro gregoriano Gaudeamus.
Este acontecimiento, junto a la comida de jubilados de Huarte-Arakil que se hizo el mismo dia en el pueblo, fue atendido por DYA SAKANA.
FUENTE : DIARIO DE NOTICIAS |
|
|